jueves, 10 de febrero de 2011

EL REENCUENTRO



Fue la primera vez que me vi solo. Nunca lo hubiera imaginado, tantos libros que había leído sobre el tema y ahora me pasaba a mí. Me respiraba y me sentía y era como si por dentro de mi no cupiera esa sensación de verme diferente. Era algo así como flotar, como si mi peso se hubiera convertido en apenas unos gramos pero con mucha sustancia. Intentaba describirme pero mis pensamientos se quedaban cortos porque me era difícil explicarme todo lo que me sucedía.

Hacia apenas unas horas, tras ese encontronazo de mi carro frente al semáforo había sido los últimos instantes que recordaba del accidente. Solo fue un sonido seco y crujiente y luego muchas voces y gente gritando. Después nada. Y ahora allí, elevándome viendo todo desde arriba. Se supone que debería de haber tenido miedo, pero no, porque lo que sentía era una inmensa felicidad que jamás había estado en mi vida. Tenia ganas de reírme como un niño, de correr por ese espacio entre la nada, y sin embargo estaba allí, atónito frente a la gente que corría de un lado para el otro. No se, exactamente la distancia pero me elevaba del suelo unos 50 centímetros,

-¿Como era posible que nadie se diera cuenta?- Me preguntaba

Por un momento pensé que entre la confusión no se habían dado cuenta que yo estaba allí en el medio. Pero lo que sucedió después fue mas sorprendente, sin darme cuenta alguien paso a un lado mío y sin previo aviso me traspasó, y fue como si no me hubiera visto. Allí me dí cuenta, que nadie podía verme, ni siquiera tocarme.

-¿Estoy muerto?- fue la primer pregunta que se me vino en forma de pensamiento.

-¿Entonces cuando la gente muere le pasa lo mismo que a mi?-

La segunda pregunta fue como un rayo de luz, que empezaba a darle forma a todo. Lo más hermoso era que no tenía miedo y ni siquiera preocupación alguna por lo que había dejado en mi vida terrenal. En ese momento no sabía ni a donde iba ni que tenia que hacer, solo sentía una inmensa felicidad en mi Ser. Seguí viendo a la gente correr y como una ambulancia llegaba y de los fierros retorcidos del carro sacaban mi cuerpo. Me acerque un poco para verme, pero no podía asociarlo conmigo. Solo era un cuerpo sin vida, se que era mi cuerpo pero no era yo. Mi “yo” era lo que en ese momento pensaba. No me importaba, yo seguía feliz y solo observaba.

-Que raro, aquí no pasa el tiempo, ni tengo deseos de llegar a un punto y ni siquiera existe alguna preocupación, nada me incomoda- pensaba, mientras observaba todo lo que sucedía alrededor mío.

-El tiempo siempre es eterno- una voz susurro a mi oído- y siempre es el mismo, nada ha cambiado.-

Voltee y vi a unos 3 metros a una mujer alta mirándome con una expresión de amor.

-¿Me puedes ver?-

- Si, y también escuchar, ¿ya te diste cuenta que solo son nuestros pensamientos los que se comunican sin necesidad de sonido?-

Instantáneamente toqué mi boca y sin emitir sonido alguno solo pensé – Es cierto –

-Claro, ya no necesitas voz, solo con que lo pienses- me dijo mostrándome una gran sonrisa.

Yo solo atiné a decir:

– Pero tú quien eres-

Ella con una sonrisa intensa, me tomo de la mano y sin saber como de pronto aparecimos en el lugar mas hermoso que jamás hubiera imaginado. Era un bosque pero lleno de vida, árboles inmensos, plantas de todos tipos y lleno de hermosas flores. Se respiraba un aroma intenso, era como la vida misma manifestándose.

-Que hermoso-

-Si es hermoso, esta es la vida Juan- me dijo.

-¿sabes mi nombre?-

-Yo se todo de ti, porque estoy en ti-

-¿Por qué estas en mi?

-Juan, yo soy parte de ti, como tu parte de mi. Siempre ha sido así-

-Pero porque nunca antes apareciste, porque hoy, ahora que ya no vivo-

-¿Qué no vives? Entonces a esto como le llamas, ¿todavía tienes la idea errada de que la muerte es el final?

-No precisamente, esto que estoy sintiendo, quizás sea el premio que Dios me da por mis buenas acciones. Y me imagino que tú eres como un ángel que viene a guiarme-

Ella me miró con mucho amor, tomo mi cara entre sus manos y como en una especie de susurro me dijo:

-Dios no espera hasta el final para amarte, porque Dios siempre ama, el final no existe, solo existe un momento y es este, no más Juan. Siempre serás tu uno con Dios y Dios contigo. Para Dios no existe el tiempo, quizás tú le diste un significado a los días y las noches y le llamaste tiempo, pero siempre ha sido uno mismo. Tú sigues viviendo, quizás ahora de otra manera pero tú sigues estando. Siempre “serás”-

Nunca había sentido tanto amor como en ese momento, su mirada me traspasaba tan amorosamente que podía quedarme así por siempre.

-¿Pero porque hasta ahora, que ya no vivo y que pasé a otro mundo, o como se le llame, siento esto tan hermoso, me siento tan liberado, con tantas ganas de .....-

-¿Ganas de vivir Juan?-

-Si ganas de vivir....pero.....- me sonreí- es tonto, tengo ahora ganas de vivir cuando ya estoy muerto-

Sus ojos me seguían mirando, y sus manos seguían tomando mi cara

-Juan, la muerte no existe, la muerte ha sido una invención del miedo. Quien tiene miedo muere, quien tiene vida se siente como lo estas tu. Tener un cuerpo no es vivir, la vida está mas allá de lo físico, la vida esta en lo que se siente.-

-¿Pero porque nunca sentí esta plenitud que ahora mismo estoy experimentado?, me siento tan contento y tan feliz.

-El miedo ha sido la enfermedad de la humanidad y tú no has sido la excepción. ¿Recuerdas cuales eran los pensamientos que tenias hoy al levantarte?-

-Si- Dije recordando como había sido mi día.

-Te levantaste molesto y las primeras palabras que salieron de tu boca fueron injuriar a tu jefe por todo el trabajo que te había dejado para ese día. Le llamaste “Cerdo estúpido” y muchas palabras que solo eran un síntoma de tu miedo a la propia vida-

-¿Miedo a la vida?....¿Yo?.. Pero siempre realice las metas que me propuse, y llegué hasta la gerencia de mi empresa. No puedes decir que tuve miedo a la vida, siempre me enfrente a ella con valor-

-Si, siempre viviste enfrentado a ella. Tu vida no era tuya, la vida era tu rival, peleabas con ella. Cumpliste todas tus metas pensando que en esa cima estaba la vida, pero cuando llegabas te sentías solo y luego volvías a luchar y a buscar nuevas metas y no bastaba cuantas alcanzaras, al final de cada triunfo estabas solo.-

-Pero es que la vida no tiene sentido si no tengo metas, si no llego a algún lugar, si no consigo un titulo, entonces para que vivir, dímelo. A si aprendí y así crecí. Eso me enseñaron. Que la vida tiene que ganarse con esfuerzo y para lograr ser alguien tiene que doler mucho-

Me sentía acorralado por todo lo que ella me decía, llegaba a un punto y luego sentía que no podía escapar y tomaba otro atajo, pero sus ojos siempre me daban un amor intenso.

-Juan la vida no es una cosa, no es un lugar, no es un título, tú aprendiste del miedo y la única manera de sentirte completo era teniendo un pedazo de lo que pensabas que era la vida. Pensaste que era una casa nueva o un carro último modelo y te empezaste a llenar de todo eso. Acumulaste solo basura que la polilla se come. La vida solo “es”, mira a tu alrededor en este momento. Siente como la vida danza junto contigo, no necesitas nada más que sentirla, abrirte a ella-

-¿Pero porque antes no sucedía lo mismo, porque la vida no se manifestaba como ahora?

-La vida no la puedes sentir si tienes miedo de ella, si es tu rival y si cada mañana le cierras tus ojos-

-Pero yo siempre quise vivir en plenitud, busqué y tú sabes que hice mi mejor esfuerzo por ser una persona feliz-

-Yo lo se, eres una persona con un gran corazón, solo que tu corazón tenia mucho miedo, esa enfermedad con la que aprendiste a vivir. Tu pensabas con la vida, pero a la vida no se le puede pensar, a la vida se le tiene que sentir. Dime ¿Qué esta pasando contigo en este momento?

-Siento algo muy hermoso, único, me invade la alegría....sigo teniendo tantas ganas de vivir...es difícil explicártelo....-

-Ja ja ja ja- Rió y luego me miro a los ojos nuevamente-

-Es tonto querer explicar la vida Juan, y tu siempre quisiste hacer eso. Cuando tenias pequeños destellos de felicidad, les ponías explicación y era como encajonarlos y justificarlos intelectualmente de acuerdo a tu cultura.-

-¿Cómo fue eso, no entiendo?-

Intentaba tener en orden todos aquellos pensamientos que ella me daba y que estaban poniendo sobre la pared todo lo que yo pensaba de la vida.

-Juan, cuando eras niño te fascinaba subirte a la Rueda de la fortuna, cada vez que llegaba la feria a tu ciudad eras el primer niño que subía y como la disfrutabas. No pasaba noche en que no les exigieras a tus papas que te llevaran a la feria a subirte a tu “Rueda del tiempo”-

-¿Rueda del tiempo?.....como supiste que así le decía... nunca a nadie se lo dije, siempre fue mi secreto....-

-Juan, yo soy TU y tu eres YO, no puede haber secretos entre los dos. Pero ya abra tiempo de que me conozcas más. Cuando tu subías a tu Rueda del tiempo, disfrutabas al máximo, cada segundo era para ti un segundo de vida. La sensación que sentías era única. Eras un niño lleno de vida, y la vida estaba manifestándose en ti. No era la Rueda de la Fortuna quien te daba la vida, tú se la dabas a ella. Y no te importaba si había mas niños, o si hacia calor o frio, si tenias dinero en el banco o si tu ropa era de marca prestigiada, tú estabas disfrutando de ella, como hoy disfrutas de este momento. Luego el tiempo pasó y te hiciste grande, la enfermedad del miedo se apodero de ti. Jamás volviste a una feria. Alguien te dijo que las ferias eran solo para niños y te lo creíste, y tuviste miedo de experimentar la vida.

-Pero que hubiera pensado la gente si me hubiera visto a mi, el gerente de la empresa mas prestigiada en la ciudad arriba de una rueda de la fortuna- Le dije intentando justificarme.

-Cuando eras niño solo pensabas en ti, eras feliz, te tenías a ti, te amabas y disfrutabas de ti. Le hacías caso a tu corazón y eras un niño inmensamente feliz. Creciste y olvidaste a tu corazón, solo te preocupó lo que la gente pensara de ti. Que si eras gordo o flaco, simpático o aburrido, que si eras exitoso o no, que si tenias dinero o el carro ultimo modelo. Siempre actuaste pensado en lo que seria mejor para la gente, solo eso, y nunca te preguntaste a ti que era lo que deseaba tu corazón, ya jamás volviste a platicar con él. ¿Recuerdas la última vez que cayó aquel tremendo aguacero cuando ibas saliendo una tarde de tu trabajo?

-Si como olvidarlo, tuve que esperar mas de una hora porque no tenia forma de cubrirme y si salía me mojaría-

-Juan, tu corazón te gritaba esa tarde que salieras, que te mojaras, que no importaba tu ropa ni tus zapatos, que tenía ganas de sentir el agua en tu cara, en tu cuerpo. Sentir como las gotas golpeaban tu cuerpo y de cómo tus pies se humedecían. Yo te estaba gritando pero no quisiste escucharme-

Tome sus manos con mucha fuerza, y solo para confirmar le pregunte:

-¿Entonces tu eres mi corazón?

-Si, puedes llamarme corazón, otros me llaman intuición, soplo de vida, inspiración, espíritu santo, tengo muchos nombres pero eso no importa como me llamen, siempre he estado allí, pero he sido callada. Dios te ha dado el poder más grande: el libre albedrío, el poder de decidir a cada momento. Cada vez que yo te hablaba y tú me callabas solo respetaba tu decisión. Dios te ha hecho grande, para que decidas y te da todo el poder, sobre el cielo o el infierno, el amor o el odio, todo para que seas un creador, y yo solo soy la voz que se manifiesta para recordarte que sigues siendo su hijo, el hijo de Dios.

No pude mas, llore. Fue un llanto de mucho sentimiento. Lloraba como un niño y ella me abrazaba. De mis ojos salían muchas lágrimas y mi llanto era intenso. No me importaba, porque comprendía sin ninguna duda todo aquello que había dejado y como la vida había pasado a un lado de mi y yo sin siquiera mirarla.

-Que tonto fui- Le dije

-No, no digas eso, lo que te pasó ha sido necesario para que pudieras crecer.-

-Pero perdí mucho tiempo, toda mi vida- Le dije sollozando

Volvió abrazarme y susurrando a mi oído me dijo:

-Juan, el tiempo no existe, no existe pasado ni futuro, ellos solamente están en nuestra imaginación. El momento presente es el momento eterno. Hoy tienes la elección en tus manos, de regresar al niño que eras o ser el hombre en que te convertiste, tienes la elección de sentir la vida o de pensar la vida. Hoy te hablo solo para recordarte que Dios se manifiesta en ti, que estas lleno de vida y que yo estaré contigo siempre para recordarte lo grandioso que eres.

No pude aguantar, y mis lágrimas volvieron a salir. Me sentía amado y querido. Sentía que regresaba a mi propio “Ser”, eran lágrimas de amor y de reconocerme en ese momento.

Ella me apretó a su pecho, beso a mi mejilla con mucho amor y amorosamente me dijo:

-Te quiero mucho Juan, nunca lo olvides, pase lo que pase, yo estaré siempre contigo.

Hoy soy otro, dicen mis amigos que me acompañaron que soy un milagro. Que nadie se explica como pude salvarme de ese accidente. Que seguro algo me paso y que parezco un niño. Y yo les digo que si, que soy un niño, que he vuelto a nacer. Nadie me comprende, pero no me importa, hoy he dejado de pensar tanto y me estoy dando la oportunidad de sentir más.

Yo soy la vida, la vida vive en mi y yo en ella.

JOSE MANUEL MANJARREZ